miércoles, 25 de mayo de 2022

Paja y Cristal


 

Por Celina Ortega (*)


Entre la apatía ("paja") de los jóvenes y el trato extremadamente cuidadoso de
los adultos (de cristal) que por no ofender, por no herir, por no demandar, por no discutir, por no contradecir, porque los límites son malos, porque el poder no existe, porque todo "se construye", no puede surgir nada bueno. Adultos suavecitos, que no logran ocupar su rol.


Yo sé que la educación "religiosa" está viciada en algunos casos y estigmatizada en otros. Sin embargo, esto de educar en la anomia y en "los valores los construye cada uno", "todo está bien si sos felíz o si te da paz", etc., no solo no está dando los resultados que se idealizaron al pensar ese estilo de "no intervención", sino que está produciendo chicos y adolescentes sin rumbo, sin contención, sin mirada adulta que los cuide, los instruya, les enseñe y los ame, de verdad.


¿Quién nos hizo creer que no educar era lo mejor? ¿De dónde salió la idea de que los niños se "construyen" solos y los adultos debemos "de-construirnos"? ¿No será que nosotros, como adultos, también somos "perezosos y cobardes" (paja) para ponernos los pantalones largos y arriesgar (aún con errores) en la guía de nuestras "crías"?


Ni siquiera los animales se atreven a tanto, pero nosotros con todas nuestras teorías y nuestra evolucionada "corteza pre-frontal" no estamos pudiendo usarla para discernir e intervenir en lo que nuestros hijos necesitan. Al parecer no somos, pues, más inteligentes que las bestias.


Ayer una masacre en un supermercado, otro día una violación en manada, hoy una nueva masacre en una escuela primaria, sin propósito alguno, sin justificación posible, un sinsentido que deja a muchas familias heridas de muerte y a muchas otras lastimadas con la huella de la violencia y el miedo de por vida.


Si no tenemos un mensaje claro, contundente y fundado en valores, no estamos entendiendo nada y solo seremos paja y cristal. Una copa rota, inútil, tirada en un pajar de dudas, sin futuro y lastimando a quien se acerque. ¿De verdad no tenemos nada para enseñar?


(*) Celina Ortega es Profesora Universitaria y Licenciada en Ciencias de la Educación.

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