miércoles, 22 de junio de 2022

Infradotado



Después se enojan cuando digo que el peronismo es una desgracia para nuestro país, que es lo peor que nos pudo haber pasado y que si seguimos (bah, si siguen) eligiendo así, es lo peor que nos seguirá pasando por mucho tiempo más.


Aquí, otra muestra más del estiércol que tienen en la cabeza muchos de nuestros gobernantes. En este caso, en la de un impresentable que, desde el poder que le fue delegado para ser responsable, promueve hablar como un infradotado, proponiéndoles a chiquitos de 10 años que "se rebelen" (rebelión, rebelión, me suena a algo bíblico). 

No bastó con tener la fatal estadística de que casi la mitad de los chicos evaluados en las pruebas Aprender no tienen comprensión de texto, como para que los fogoneen diciéndoles que "hablen como quieran. Esto, en alusión, por supuesto, a la prohibición del uso del mal llamado idioma inclusivo que rige en la Ciudad de Buenos Aires. Todo sea por diferenciarse, por hacer política barata, porque de convicciones y medidas para que los chicos estén mejor... nada.

No descubro nada diciendo que el peronismo siempre quiere emparejar para abajo, relegando la educación, la que jamás fue y es prioridad, porque prioridad para ellos es hablar como subnormales. Que un gobernador inste a los niños a rebelarse es una muestra más de que la mejor forma que tienen de gobernar es dividiendo a la gente. 

Falta poco más de un año para que volvamos a elegir gobierno. ¿Vas a seguir optando por quienes destruyen la educación, el trabajo, la economía, y no conforme con eso, el lenguaje? ¿O vas a empezar a votar en serio?


https://www.infobae.com/politica/2022/06/22/axel-kicillof-convoco-a-los-alumnos-a-rebelarse-y-usar-el-idioma-inclusivo-no-nos-van-a-explicar-desde-espana-como-tenemos-que-hablar/

lunes, 20 de junio de 2022

Catarsis de una docente


¿Es el caso de una maestra barilochense? ¿Es, tal vez, un caso aislado de una escuela rionegrina? ¿Es un muestreo de parte la comunidad educativa? ¿O es un sistema viciado que ya no da para más?

 

O nos hacemos cargo de nuestras decisiones (educar desde casa con valores para que nuestros hijos vayan a la escuela con interés de adquirir otros conocimientos, hacer que nuestros hijos se espejen en ejemplos valederos de trabajo, superación y deseos de engrandecer la Patria, hablar con ellos sobre lo que quieren hacer de sus vidas en el futuro, votar gobiernos que hagan de la educación una prioridad y no un foco más de ideologización, etc.) o seguimos siendo cómplices de un sistema de valores alicaído. De nosotros depende.

 

La siguiente, es una transcripción de una catarsis realizada por una docente rionegrina con tres décadas de experiencia, quien desde sus redes sociales escribió algo que no pasó inadvertido y que fue levantado por varios medios locales. Este es solo un intento de expandir un poco el pensamiento de esta maestra que, seguramente, no es la única que padece algo así.

 


Catarsis



"No quiero hacer nada, profe. No quiero leer ni aprender nada. No me interesa su clase".

"Ni se gaste en llamar a mis viejos, no van a venir".

"No tengo idea qué pidió, profe".

"No tengo hojas ni birome. No puedo copiar".

 

Me cansé de formar parte del sistema educativo rionegrino, argentino. Me cansé de ser funcional a un sistema que promueve la defensa de la mediocridad, del no saber, de mantener a jóvenes que no estudian, de egresar a jóvenes a quienes no se les ha enseñado más que a "zafar".

 

Me cansé de ser maltratada por muchos jóvenes desde su desgano, su apatía, su abulia, sus palabras groseras, su lenguaje sexista y plagado de vocablos soeces. Me duele su desinterés. Me anula su soledad. Me quiebra el alma tanta falta de un adulto que acompañe al niño a crecer.

 

Me cansé. Me harté. No es culpa de los jóvenes su desinterés ni la falta de compromiso. Los adultos nos hemos estado ocupando en querer ser "for ever young" en vez de criar con amor, compromiso social, empatía a nuestros hijos. El Ministerio de Educación dejó de cuidar el conocimiento hace tiempo; maquilla el rostro de la ignorancia. Tenemos mucho Face y poco Book.

 

Las aulas son el reflejo de nuestra sociedad. Las conductas de egoísmo, crueldad, irresponsabilidad de los individuos se ven a diario y son avaladas por Resoluciones Ministeriales que solo buscan mantener la matrícula con el fin de contar con muchos egresados mintiendo (nos) al Estado. Los egresados del Nivel Medio poseen escasos conocimientos. Muchos maestros, también.

 

Mi emoción es la pena de unos cuantos colegas más. Mal de muchos, consuelo de tontos. Soy tonta. Muy tonta.

 

Hasta hace poco creía en el corazón del hombre, en que la revolución empezaba en el aula. Pero nos quedamos en la discusión boba, en opinar si ponemos o no la "e" para incluir, en decir "les pibes" para tener un discurso progre. Damos pena. No damos clase. Balbuceamos ideas. No construimos saberes. No revolucionamos nada.



 

¡Al carajo con tanta estupidez! La enseñanza trascendente, el poder social, el cambio óptimo para ser debe comenzar por el hacernos cargo de criar con seriedad y compromiso humano a los hijos que hemos engendrado. ¿Hasta cuándo vamos a seguir aceptando que un joven tenga autoridad sobre su padre, madre, maestra? ¿Cuándo perdimos el rumbo? ¿Cuándo dejamos de amar a nuestros hijos para permitirles que "hagan lo que quieran"? ¿Por qué la escuela acepta también ese juego macabro de cambio de rol y de poder? ¿Por qué nos cuesta aceptar y poner límites? El nihilismo ha triunfado con un martillo que ha destrozado todo pero que no sirve para construir un superhombre empoderado en valores altruistas. Al maestro se le pide ser ese ser capaz de resolver, aceptar, crear, recrear al joven, dotarlo de elogios sin exigirles nada. El maestro vive dentro del caos.

 

Me cansé, dije. Estoy muy cansada. Muy molesta. Muy triste. Muy enojada. Muy indefensa. Cierren la puerta del aula y la de esta sociedad inhumana, vacua, innoble, creadora de necios y mentirosos.

 

No quiero regresar hoy al aula, ni mañana, ni pasado mañana. No tengo a qué regresar. Llévenme al loquero. Déjenme ahí. No puedo regresar a aquel sitio que amé porque ya no existe. No sé más ser lo que fui, maestra.

Ángeles Rivas


sábado, 11 de junio de 2022

Si se trata de transparentar algo, ya sabemos quiénes votarán en contra



El peronismo siempre actuó en bloque. Salvo alguna excepción donde la conciencia podría llegar a pesarle un poco a algunos legisladores peronistas (caso aborto, por ejemplo), en casi todas las leyes que se debaten en el Congreso, el peronismo votó de forma unánime de acuerdo a los intereses del partido, que no necesariamente son los intereses del pueblo.

 

Se podría decir que la independencia, la libertad de pensamiento, la capacidad de votar acorde a sus valores o puntos de vista individuales, no es prerrogativa de los legisladores de este espacio que, más que un partido político, se asemeja a una secta. Y no lo digo en términos peyorativos, sino en vistas de lo antedicho, donde nadie en el cuerpo legislativo puede expresarse de manera distinta a la que dicta la gurú de turno. O si lo hacen, quedarán expuestos a su ira divina.

 

En la noche del miércoles 8 de junio, se debatía en la Cámara de Diputados, un sustancial cambio en el obsoleto sistema de sufragio. El sistema de boleta única era el centro de la discusión entre un bloque que buscaba transparentar el proceso de elecciones y otro que, lamentablemente, demostró que pretende seguir con una modalidad arcaica y llena de elementos facilitadores de corrupción. (Antes que nada, no estoy queriendo decir que la oposición sea transparente. Es evidente que la idea que proponen es sana para la democracia, pero como todo es política, se cae de maduro que pusieron en el tapete esta discusión porque saben bien que la mayoría de los argentinos queremos más transparencia en esto. Ergo: este debate es una movida política más que una sana intención de mejorar el sistema electoral).

 

A diferencia de muchos opinadores de las redes sociales, no soy un colegiado constitucionalista como para opinar como tal, pero sí soy un votante que contempla, cada dos años, los vicios de una forma de votar que ya pide cambio hace rato. Así que mi opinión va como la del ciudadano común que cumple su deber cívico.

 

Todos estamos de acuerdo en que el sistema de Boleta Única hace que una jornada electoral se vea con mayor transparencia; no hay demasiadas discusiones al respecto entre la gente de a pie. Pero también hay otras bondades que nos regala esta forma de votar. A saber:

 

-Facilita que el votante identifique bien el candidato que quiere votar, marcando sencillamente con una cruz el casillero de su elección.

-En el caso del cuerpo legislativo, se acabarían las listas sábanas que tanto criticamos por estar viciada de nombres poco idóneos para la función, pero como están ubicados en el 5to, 8vo o 13er lugar de la lista de mi partido favorito, le pongo mi voto a un perfecto desconocido que, tal vez, tenga prontuario en vez de currículum.

-Los candidatos a esos puestos que, muchas veces son testimoniales, se verían obligados a levantar su perfil para que los potenciales votantes tomemos debida nota a la hora de votarlos… o no.

-Ni hablar de la considerable disminución del costo de las elecciones, que se va, mayormente, en la descomunal impresión de millones de boletas cuyo 70% tienen como destino un cesto de basura o, a lo mejor, una parrilla que necesita papel para ayudar a prender el fuego (siempre y cuando haya un asado que poner allí). Hagan cálculos, si se presentan 6 partidos a elecciones, como la última vez, en lugar de imprimir 34 millones de boletas de cada partido (tal el número de votantes de las últimas elecciones), lo cual totalizaría más de 200 millones de boletas, se imprimirían solo 34 millones de boletas que contengan las caritas de los 6 candidatos, uno de los cuales tendrá nuestra crucecita. Hagan el mismo cálculo, pero en pesos. No les alcanzaría el visor de la calculadora de tantos ceros.

-De rebote, hasta se le haría un bien a la ecología, dado que se reduciría considerablemente el uso de papel.

-Tendríamos una ciudad más limpia, porque casi no habría posibilidad de ver boletas tiradas en el piso.

-Los partidos minoritarios se verían en condiciones más equitativas, dado que no peligraría la falta de boletas. De este modo, el candidato del partido mayoritario se vería en la misma cantidad de boletas que el candidato del partido de menor caudal de votos.

-Las alianzas que tejen algunos partidos chicos, tampoco se vería en peligro, como pasó en elecciones recientes, en las que se contabilizaban votos municipales pero no el voto provincial o nacional del partido al que las agrupaciones comunales apoyaban.

-El votante tendría la libertad de votar a quién quiere, y no a quien el partido le imponga en una lista sábana. Se acabarían las negociaciones turbias de personajes que transan con partidos políticos a cambio de un lugar en un Concejo Deliberante, por ejemplo.

 


Hecha esta incompleta enumeración de cosas favorables para la transparencia del sistema electoral, -algo que todos los argentinos de bien queremos-, ¿cómo es posible que la totalidad de los diputados peronistas haya votado en contra? ¿Hasta cuándo los argentinos vamos a hacer la vista gorda cuando el peronismo, a cada paso, da sobradas muestras de que lo único que le interesa es el poder por el poder en sí mismo, para lograr riquezas e impunidad? Y que no les interesa nada que ponga en riesgo su continuidad allí, donde sus representantes están atornillados, ya sea en una banca comunal, en el Congreso, en la municipalidad o en la mismísima Casa Rosada.

 

Salvo algún que otro detalle o ajuste, la boleta única es lo mejor que le puede pasar al sistema electoral para ser más transparente, económico, funcional y ágil. Pero… el peronismo le vota en contra. Todo el peronismo. Porque ningún legislador tiene bien puestas sus agallas como para pensar lo contrario y votar en consecuencia. Son cómplices o cobardes. Una de dos.

 

Párrafo aparte merecen los legisladores de la siempre improductiva e inútil izquierda, que se abstuvieron por no darle el gusto a la oposición, pero tampoco quedar pegados al oficialismo nefasto que rechaza todo tipo de acción que genere transparencia y honestidad. La izquierda está siempre en contra de todo y de todos, y a favor de nadie, ni siquiera de ella misma, dado que un sistema así pondría en igualdad de condiciones a los partidos minoritarios como los que la izquierda representan. Pero, bueno, no se les puede pedir lucidez a los impulsores de las ideas más inverosímiles e inviables que existan.

 

Por último, y para que no nos ilusionemos demasiado con que se apruebe este proyecto. En el Senado, difícilmente lo aprueben, pero de ser así, quien hace de presidente, ahí sí, impondrá su autoridad para vetar la ley. Ya lo dejó entrever en un par de declaraciones. Por supuesto, nada que atente contra los intereses del oficialismo debería avanzar. Nada que logre transparencia y credibilidad en el pueblo debiera concretarse. Ningún argumento que sirva, a futuro, para fortalecer las instituciones, podría prosperar. Si no, esto no sería peronismo.

sábado, 4 de junio de 2022

El triunfo de Johnny Depp es una derrota para el feminismo



La victoria del actor Johnny Depp en el final del juicio que por estas últimas semanas ha estado en boca de los medios, es una gran derrota para el feminismo. ¡Sí señores! el mismo feminismo que hoy se centra más en la destrucción del hombre que en en los propios derechos de la mujer.

Por Juliana Loaiza (*) 


¿Por qué esto nos debería importar como cristianos? Primero déjame aclarar que no hablo del caso en sí, ni mucho menos de los detalles, pues de eso hay mucho en redes y cada quien tomará partido y su propia decisión.

 

Hoy me quiero centrar en esto que leí hace poco: "No todo hombre es culpable de violencia por ser hombre y no toda mujer es inocente por ser mujer". Una frase que se hizo viral en redes porque demostró que no es cierto lo que el feminismo nos ha hecho creer por años.

 

Déjeme refrescarle un poco lo que pasó: Una mujer hace una fuerte declaración de violencia por parte de su compañero sentimental y automáticamente el mundo se volcó en contra de este hombre haciéndolo perder su dignidad, su trabajo, su ingreso y su reputación, entre otras cosas. Una declaración que no dejó lugar a la duda y dio por sentado una verdad sin probar la veracidad de esta.

 

A la protagonista de este caso le bastó con decir unas palabras de acusación que hicieron eco en uno de los diarios más importantes de la nación para convertirse en víctima y héroe por denunciar, y al acusado le tomó 10 años, un juicio largo de difamación y 89 audios para demostrar su inocencia y la maldad con la que actuó esa mujer. Esto lo estableció la juez finalmente.

 

Si con la ayuda del feminismo y #metoo una mujer con mentiras destruyó la vida de un actor famoso, millonario y con contactos ¿imagínate lo que te podría pasar a ti, tu hijo, hija, hermano, padres, amigos?

 

La Biblia nos habla sobre emitir juicios, sobre la calumnia y sus graves consecuencias. ¡Hay que cuidar la lengua! Si vamos más profundo, como mujeres nos hemos dejado influenciar por un movimiento, una doctrina que ha permeado nuestros valores y principios, nos creímos el cuento que el feminismo es a favor de la mujer cuando es todo lo contrario al diseño de Dios para nosotras.

 

No me mal interprete, yo soy 100% Pro-Mujer, pero yo no soy feminista. Una cosa es defender los derechos de la mujer y buscar equidad y otra muy diferente es atentar contra tu cuerpo, contra los hombres solo por ser hombres y creer que estás mejor sin un ser masculino a tu lado.

 

Yo creo que una mujer debe tener muy claro cuál es su diseño original dado por el Creador en el principio de todo.

 

Nuestra identidad como mujeres es clara y establecida desde los inicios del ser humano, está en los primeros capítulos del Génesis.



He pasado mucho tiempo entre feministas, mujeres fuertes de influencia y liderazgo, así que puedo decirte con autoridad como este movimiento feminista aliado a #metoo se ha valido de los logros y la fama de las primeras mujeres de siglos anteriores que abrieron el camino a la mujer y que fueron conocidas como las sufragistas. Mujeres excepcionales, que en nada se parecen a las mujeres que hoy vemos marchar defendiendo la "vida" de otras mujeres, pero pidiendo asesinar a sus propios hijos.

 

Con este juicio perdió el feminismo que esperaba que la protagonista de este juicio ganara para imponer su falsa y dañina teoría en contra de los hombres. Se ganó la batalla contra un sistema opresor que privilegia a las personas de acuerdo con su sexo.

 

Para mí entre las muchas lecciones quedaron enseñanzas importantes, algunas de ellas mencionadas por el politólogo argentino Agustín Laje:

 

1. No todos los hombres son malos.

2. La violencia no tiene género.

3. Las mujeres también pueden ser malas, por tanto, no estamos obligados a creerles por ser mujeres, pues también puede mentir, ser violentas y tóxicas.

4. El feminismo es una ideología perversa que permite a mujeres perversas desquitarse con hombres inocentes y perseguirlos.

 

Querido lector, hoy más que nunca debemos entender nuestro lugar en este mundo. No podemos ir creyendo todo lo que nos dicen que es para nuestro bien sin llevarlo a la luz de la Palabra. Es tiempo de aprender que todo lo que Dios creó es bueno y tiene un propósito (Génesis 1). Nosotros, los seres humanos, fuimos creados por Dios y tenemos un diseño y un propósito para nuestra existencia.

 

Como escribió una reconocida periodista recientemente: “hoy no funcionó la lógica binaria que busca instalar el feminismo actual: la mujer es buena, el varón, malo. La mujer es siempre la víctima. La mujer no miente. Todos los varones son violadores en potencia.”

 

La protagonista compungida escribió en su Twitter: “Estoy aún más decepcionada por lo que este veredicto significa para otras mujeres - en reacción a la sentencia que la obliga a un resarcimiento de 13 millones de dólares por el daño al honor de su ex marido-. Es un retroceso... Hace retroceder la idea de que la violencia contra las mujeres debe ser tomada en serio”.

 

La periodista argentina Claudia Peiró escribió al respecto: “No es así. Lo que realmente afecta a la causa de las mujeres es la instalación de un clima de odio, desconfianza y recelo hacia el sexo opuesto. El movimiento de liberación femenina de los años ‘60 y ‘70 rechazaba firmemente la acusación de ser una corriente anti-masculina. En cambio, hoy muchas exponentes del feminismo alardean de heterofobia. Bailan al son de ‘El violador eres tú’ y publican libros titulados ‘Hombres, los odio’ (sic)”.

 

Confío que este pequeño triunfo para las mujeres que creen en el diseño original dado por Dios, que no nos sentimos representadas por el feminismo actual que reduce la historia de la humanidad a la mera explotación de la mujer por el varón, sea un punto de partida para recuperar la familia, el valor del matrimonio, la dignidad de ser mujer y el complemento de hombre y mujer como Dios lo estableció.


(*) Juliana Loaiza es periodista colombiana, CEO de la Fundación Mujer Eva.

martes, 31 de mayo de 2022

Milei y Canosa, ¿errores de un sistema perverso?



Se me vienen a la mente un montón de pensamientos sueltos sobre estos dos fenómenos sociales, preguntándome por qué están en constante ascenso con sus discursos poco convencionales, en un sistema donde ser políticamente incorrecto, puede costar caro.

Acompáñenme a esta sucesión de pensamientos sueltos sobre Javier Milei y Viviana Canosa, donde dejé un poco de lado el rigor periodístico para poder meterme en una charla de café donde, como todo argentino, podemos opinar como si fuésemos todos directores técnicos.

 

 

Sin dudas, este tándem constituye un dedo en la llaga de la política y de los medios de comunicación. Si bien Viviana Canosa es del palo de los medios desde hace varios años, Javier Milei, hasta hace no mucho tiempo, era solo un economista de alto perfil mediático y un tanto excéntrico, pero que, de repente, copó la escena política y se convirtió en muy poco tiempo en Diputado Nacional. Y va por más.

 

En los últimos tiempos, uno de los deportes favoritos del oficialismo y de la oposición, por igual, fue pegarle a estos dos personajes que se atrevieron a desafiar al poder expresando sus ideas, en tiempos donde quien no está alineado a las posturas oficialistas, se lo tilda de “facho, opresor, gorila, heteropatriarcal, antiderechos, golpista” y un largo etcétera de epítetos despectivos relacionados con el perfil político e ideológico. Aquí es donde se confunden las líneas del oficialismo y de la oposición, porque parecieran estar del mismo bando.



 

En el caso de los medios de comunicación, el sesgo es un poco más marcado, puesto que aunque hay medios claramente opositores al gobierno de turno, en cuanto a las ideologías de género y todo el absurdo progresista, suelen estar, también, en la misma vereda. Ambiguo, por cierto, porque, por un lado, algunos periodistas realizan brillantes editoriales para denunciar la corrupción de este gobierno, pero por otro, se los ve fomentando prácticas perversas como el aborto, por ejemplo, algo promovido épicamente por quienes hoy ostentan el poder. Paradójico, por cierto, ya que el Presidente decía estar preocupado por “la vida de los argentinos”. ¿Qué preocupación válida puede pronunciar una persona que, ligeramente, habla de aborto como si fuese un “derecho”?

 

En los sectores convencionales de la política ven con preocupación el ascenso de Milei, y consideran a Canosa como una especie de vocera mediática del ex arquero de Chacarita. Su programa de televisión suele ser una de las pocas plataformas en las que a Milei no lo exasperan para “sacarlo de sus casillas” –cosa que no cuesta demasiado- y lo dejan explayarse tranquilamente en sus conceptos. Canosa también fue blanco de los políticos oficialistas porque, como tantos otros periodistas, se pronuncia constantemente en contra de la inmoralidad de este gobierno peronista. Pero, al mismo tiempo, se puso a casi todos sus colegas en contra cuando fue antagónica a la ideología de género y todo lo que ésta acarrea, dejando la puerta abierta a las más inverosímiles perversiones. La ex pelirroja nunca ocultó su perfil provida y, evidentemente, no se dejó llevar por la vorágine que arrastró a gran parte del ambiente mediático hacia la “ola verde”. Hoy día, debe ser la única periodista de la televisión abierta que se opone al aborto, a las ideologías de género y denuncia la Agenda 2030, de la que nadie habla.

 

Números en alza

Tal vez en Milei sea más notorio porque constantemente hay encuestas sobre la suba y baja de la imagen política de los principales referentes, y los números dan cuenta de que cada vez más gente ve al líder de La Libertad Avanza como una esperanza de iniciar una camada política no infectada con la corrupción, como en las últimas décadas. De Canosa, probablemente, no haya mediciones más que de un rating fácilmente manipulable, pero las redes sociales, por ahora, continúan siendo ese lugar donde el común de la gente puede expresar sus favoritismos hacia tal o cual figura mediática. Y ahí sí, puede verse que, más allá de alguna objeción –la ingesta de cloro frente a cámaras, para ningunear el covid, por caso-, la conductora de América supo captar la atención de muchísima gente a raíz de su potente discurso contrario a la dictadura de género que se quiere imponer en los medios.




Más allá de estos perfiles que hacen sentir identificada a una importante porción de la población, ¿qué es lo que hace temer tanto a los que están del otro lado? Porque constantemente emergen figuras con discursos apetecibles a los oídos de la gente de a pie, pero ninguno se constituyó en una amenaza para el poder de turno ni en una incomodidad para los medios obsecuentes con ese poder.

 

Sin dudas, ambos supieron capitalizar la bronca de la gente, el hastío de una población que ya no se banca más el discurso barato de un presidente descartable, a quien aún su propia socia atenta permanentemente contra su investidura, desgastando su imagen con cada palabra e incitando a lo que alguna vez ella misma denominó como “golpe blando”.

 

Por otro lado, Milei también supo desnudar la miserabilidad de una estólida oposición, que en vez de ocupar el lugar que el peronismo le está dejando mansamente con esta sucesión de torpezas, pierde su sosiego queriendo desmembrar el frente liberal, como si esa fuera una preocupación de los argentinos. Teniendo todo para salir al cruce con ideas claras y un proyecto serio, dilapidan el tiempo tratando de ponerle un pie en la cabeza a quien recién se inicia en la política, en lugar de buscar los puntos en común para poder salir, definitivamente, de los regímenes sucesivos que tuvieron al país en la miseria durante décadas. Imbéciles por donde se los mire. Con poco tacto y nula empatía.

 

Milei y Canosa. Amigos confesos, unidos por varios puntos en común. Entre ellos, el deseo de una Argentina más justa y libre, con políticos creíbles y honestos, con medios de comunicación que hablen con la verdad, con una sociedad que deje de estar coartada por una estirpe política despreciable, que propugna el “pan y circo” mientras se llenan los bolsillos. Ellos pelean contra un sistema en el cual están inmersos. Y cuando aparecen, cual cartelito en la computadora que advierte un “error en el sistema”, se los quiere borrar, limpiar, enmudecer, quitar del medio, pero aún persisten. Siguen ahí. Y así como los ingenieros actualizan los sistemas informáticos a partir de los “errores” que le tira la técnica obsoleta, está la esperanza de que los errores de este sistema perverso sigan multiplicándose para que el mismo mecanismo se actualice y genere más errores hasta que podamos contar con un sistema libre de virus.

 

Por ahora, Milei y Canosa siguen siendo un error en el sistema…

sábado, 28 de mayo de 2022

Big Brother

¡Cuánto que venimos hablando de esta especie de Gran Hermano que nos quiere digitar la vida! Emanuel Danann, además de ser un comunicador social que suele denunciar la dictadura de género, siempre bien fundamentado e informado, también es músico. Y entre sus obras, encontré esta perlita que paso a compartirles. Espero les guste...



La destrucción no para


Por Carlos Ialorenzi y Myriam Mitrece (*)

 

"La transformación no para" es el eslogan de turno. El Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, gasta grandes sumas de dinero, publicitándose como un gran hacedor. Todo parece estar dirigido a posicionarse como futuro candidato a Presidente en el 2023.­ Sin embargo, la que vemos que no para es la destrucción de los valores, la honradez y el sentido común.­

El Sr. Rodríguez Larreta, "Horacio", como su aparato comunicacional lo presenta, junto al Sr. que ocupa el sillón de Rivadavia, "Alberto", tienen varias cosas en común: años percibiendo sueldos públicos, haber formado parte del tribunal televisivo que cada 15 o 20 días nos encerró durante el 2020 y gobiernos que gastan millones de pesos adhiriendo a la ideología de género y al aborto

 

El Censo

Los censos son útiles y necesarios para establecer políticas públicas realistas. Nada como un buen diagnóstico de la realidad para obrar a paso seguro. El problema es que en un gobierno que resulta poco -o nada- creíble, un simple censo provocó rumores, sospechas y temores sobre posibles maniobras y manipulación de los datos, muchas de ellas sin asidero, otras, bastante lógicas.­


A las preguntas del Censo nacional de población que se realizó la semana pasada, casi idénticas a las del censo de 2010, se sumaron dos ítems referidos a la autopercepción sexual y étnica.­

 

Los datos

Los primeros resultados arrojados indican que el 99,88% de la población Argentina, se reconoce como hombre o mujer, y que tan solo el 0,12% no se percibe así. Más allá de ser datos preliminares, queda perfectamente claro que la inmensa mayoría del país no está representada o involucrada dentro de las "diversidades de género", que nos están presentando "hasta en la sopa" nuestros gobernantes y por lo cual se gastan grandiosas cifras

 

Al fin de cuentas, discriminación

La denominada discriminación positiva que fundamenta las políticas de género, se conforma con prácticas y políticas públicas que tratan de aumentar la representación de los grupos minoritarios con el objeto de ejercer una función empoderadora de los grupos que se consideran vulnerados. Paradójicamente, otorgar ventajas y privilegios a tales sectores­ termina generando desigualdades ante la ley, sobre todo cuando las razones son de índole ideológica, más que centradas en necesidades reales.­


Sería suficiente con reconocer que los seres humanos normalmente, nacemos hombres o mujeres y que todas las personas deben ser respetadas más allá de cómo se perciban o lo que hagan en su vida íntima. Todos somos personas, tenemos dignidad intrínseca y deberíamos tener igualdad ante la ley.­


Ahora bien, no se puede tapar el sol con una mano, y fomentar desde el poder constantemente un lenguaje deformado que pretende ser inclusivo, excluyendo a la mayoría que hemos aprendido y hablamos el español o, como hemos visto en los edificios públicos, arriar la bandera Argentina y poner el símbolo del colectivo LGTBQ+ como hace el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el nacional y algunos gobiernos provinciales.­


Vemos todos los días como la ideología de género está siendo inculcada forzadamente en la educación pública y en la cultura.­


Somos muchas las personas que nos oponemos a esta perspectiva ideológica y sus políticas concomitantes, pero cualquiera que se manifieste en contra de ellas corre el riesgo de ser sancionado por el Inadi y los tribunales o criticado por los medios. Esto se está convirtiendo en la práctica en una dictadura de género, llevada a cabo por los poderes político y mediático. Y la intolerancia es cada vez más coercitiva.­

 

Más de 60.000 desaparecidos

En un territorio con 2.780.400 kilómetros cuadrados, las 47.327.407 personas que arrojó el censo, indican que la densidad de población sería de 17 personas por kilómetro cuadrado. Qué estamos mal repartidos, no hay duda, pero que nuestro país necesita habitantes es una verdad a gritos. Desde el punto de vista geopolítico nuestro inmenso territorio está peligrosamente despoblado.­


Desde la legalización del aborto en diciembre de 2020, en el sistema público -contradictoriamente denominado de salud- se han practicado más de 60.000 abortos.­


Con una tasa de fecundidad menor a la que exige el recambio poblacional, a los 60.000 futuros habitantes, Argentina, les ha negado la posibilidad de poblarla. En las estadísticas no figurarán entre los nacidos ni entre los muertos.­

 

Más ideología, menos realismo

Con una visión no ideologizada de la realidad, queda a las claras que -si hablamos de prioridades- este censo poblacional está mostrando que las políticas públicas gubernamentales en lugar de usar cuantiosos recursos económicos y humanos en promover políticas de género y programas de salud "no reproductiva", debería utilizarlos en dar condiciones que favorezcan la natalidad y promuevan la formación de familias.­


Lógicamente, eso sería con una visión realista y no ideologizada...­

 

 

(*) Carlos Ialorenzi y Myriam Mitrece son editores de BuenaData.com y redactores del Diario La Prensa

miércoles, 25 de mayo de 2022

Paja y Cristal


 

Por Celina Ortega (*)


Entre la apatía ("paja") de los jóvenes y el trato extremadamente cuidadoso de
los adultos (de cristal) que por no ofender, por no herir, por no demandar, por no discutir, por no contradecir, porque los límites son malos, porque el poder no existe, porque todo "se construye", no puede surgir nada bueno. Adultos suavecitos, que no logran ocupar su rol.


Yo sé que la educación "religiosa" está viciada en algunos casos y estigmatizada en otros. Sin embargo, esto de educar en la anomia y en "los valores los construye cada uno", "todo está bien si sos felíz o si te da paz", etc., no solo no está dando los resultados que se idealizaron al pensar ese estilo de "no intervención", sino que está produciendo chicos y adolescentes sin rumbo, sin contención, sin mirada adulta que los cuide, los instruya, les enseñe y los ame, de verdad.


¿Quién nos hizo creer que no educar era lo mejor? ¿De dónde salió la idea de que los niños se "construyen" solos y los adultos debemos "de-construirnos"? ¿No será que nosotros, como adultos, también somos "perezosos y cobardes" (paja) para ponernos los pantalones largos y arriesgar (aún con errores) en la guía de nuestras "crías"?


Ni siquiera los animales se atreven a tanto, pero nosotros con todas nuestras teorías y nuestra evolucionada "corteza pre-frontal" no estamos pudiendo usarla para discernir e intervenir en lo que nuestros hijos necesitan. Al parecer no somos, pues, más inteligentes que las bestias.


Ayer una masacre en un supermercado, otro día una violación en manada, hoy una nueva masacre en una escuela primaria, sin propósito alguno, sin justificación posible, un sinsentido que deja a muchas familias heridas de muerte y a muchas otras lastimadas con la huella de la violencia y el miedo de por vida.


Si no tenemos un mensaje claro, contundente y fundado en valores, no estamos entendiendo nada y solo seremos paja y cristal. Una copa rota, inútil, tirada en un pajar de dudas, sin futuro y lastimando a quien se acerque. ¿De verdad no tenemos nada para enseñar?


(*) Celina Ortega es Profesora Universitaria y Licenciada en Ciencias de la Educación.

martes, 24 de mayo de 2022

Un país enfermo


Mientras todos estamos distraídos con los próceres y “próceras” que ocuparán los nuevos billetes, por detrás –o no tan detrás-, los próceres actuales se siguen llevando puesto al país y a sus instituciones.

 

Somos un país enfermo, ya no cabe duda. Porque las cosas pasan por nuestras narices, pero seguimos impávidos, viendo cómo los que debieran ser ejemplo de integridad, carecen de ella. Vivimos en una sociedad anestesiada, sin reacción. No quiero decir que haya que hacer lo mismo porque uno está en contra de toda clase de acto violento, pero en otros tiempos, cuando el gobierno no era de este color político, por mucho, muchísimo menos, cascoteaban el Congreso, rompían la Ciudad y quemaban los restos. Está claro quiénes eran los impulsores y los propulsores de semejantes actos cuando había que desequilibrar un gobierno no afín al peronismo. Y vuelvo a aclarar, por si algún lector desprevenido intenta sacar alguna frase de contexto: estoy en contra de cualquier tipo de violencia y solo establecí una comparación al decir que, por muchísimo menos, los mismos que hoy están calladitos, antes te incendiaban el país.

 


Pero volvamos al hoy. Si quedaba alguna esperanza de que la justicia argentina actuara como “justicia”, se dilapidó ayer cuando el juez Lino Mirabelli aceptó la coima presidencial para tapar un delito. El delito cometido por nuestro primer mandatario. Hagamos un poco de historia: cuando se instaló la cuarentena por decreto, el presidente Alberto Fernández, por ese entonces, contaba con cierta credibilidad de la gente. Y no sólo de sus votantes, sino también de aquellos que veíamos con buenos ojos el plan para contrarrestar los efectos de un virus desconocido que se estaba cobrando vidas. Fernández fue muy elocuente con sus mensajes paternalistas. “Los estamos cuidando”, es una frase que sigue resonando en nuestro interior. Bien. Tras esa premisa, los discursos enérgicos de Fernández hasta ponían la piel de gallina: desde tratar de estúpidos a quienes violaban la cuarentena, pasando por otra famosa frase -“se acabó la Argentina de los vivos”- y llegando a amenazar con ir él mismo y meter presos a los desacatados. Solo le faltaba ponerse la capa y salir de la baticueva.

 


Pero en el medio, pasaron cosas. Cosas como que un padre no pudo despedir a su hija en estado terminal y tuvo que ser escoltado como delincuente por las fuerzas de seguridad para que se vuelva a su provincia. Cosas como que otro padre que intentó hacer algo similar, tratando de cruzar un límite para darle atención médica a su hija, terminó llevándola en alzas varios kilómetros para, días después, ver cómo su niña, agonizante, daba su último respiro. Cosas como que decenas de familias formoseñas que estaban en campos de concentración, no podían siquiera salir para ir al baño. Cosas como esas y tantas otras que no vale la pena enumerar porque ya todos las saben… Y en medio de todo eso, la foto de Olivos. La foto del escándalo, la que desató una ola de mentiras presidenciales, de encubrimientos, de traiciones, de cobardes delaciones, de otras mentiras para tapar las anteriores… para finalizar, luego de todo este tétrico espectáculo en el que se nos rieron en la cara de todos, con un arreglo económico tras haber cometido un delito, por haber roto su propia norma. Con este acto y con la aceptación de la justicia, el Presidente rompió toda credibilidad del sistema, destruyó las instituciones, dinamitó la poca imagen positiva que venía ya en picada y devaluó hasta el piso el valor de su palabra. Todo muy patético, muy triste. Realmente cuesta encontrar un calificativo acorde a todo este desatino.

 


Lo peor de todo, es el fanatismo de quienes ciegamente justifican lo injustificable y se descerebran pensando argumentos para explicar lo inexplicable. Continúan detrás de un escudito, una esfinge o los dedos en V, como si eso hoy tuviera algún significado acorde a estos tiempos. La V de la victoria en un país derrotado por la corrupción de sus gobernantes, por la ineptitud de un presidente puesto a dedo por una titiritera macabra, por una vice que mientras decenas de miles de argentinos morían por el virus, solo se ocupó de acomodar una Corte a su medida. Por la infame cuarentena eterna que hoy –está bien, con el diario del lunes lo digo- quedó claro que fue, en parte, inútil, destruyendo la economía, el trabajo y la educación a su paso. La V de la victoria en un país derrotado por la ignorancia, donde se tiraron por la borda dos años de clases. Donde inventan días improductivos como el día del censo, donde censistas eran asaltados en la calle aprovechando que todos estaban encerrados, y nadie los podía asistir, pero donde “la ley” llegaba en minutos para cerrarle el negocio a quien cometía la osadía de abrir para hacerse el día. Todo al revés. El que quiere robar tiene el escenario propicio para hacerlo. El que quiere trabajar, abre su negocio con culpa por hacer algo “ilegal”. Este gobierno hace todo lo que está mal, y hasta parece adrede.

 


Y nosotros… nosotros, tan pacíficos, tan emprendedores, que cuanto más nos meten la mano en el bolsillo, más nos las ingeniamos para salir adelante por otro camino. No tenemos tiempo de cortar calles, de incendiar comisarías, de tomar escuelas, de bloquear la salida de transportes de las empresas que no nos son afines, etc. No. No estamos en ese negocio. Pero, como dijo Sonia Decker, aquella lectora en su carta al diario La Nación hace no muchos días, falta poco para que se desate “la ira de los mansos”. Y tal vez esa ira no implique destruir nada, porque al fin y al cabo, somos mansos. Tal vez esa ira se traduzca en una votación ejemplar en las próximas elecciones. Una votación que nos saque del letargo, de décadas de destrucción sistemática de un sistema de valores que hagan vivir a una sociedad en paz, en armonía, con trabajo, educación, salud… nada. Cosas esenciales que tiene cualquier sociedad civilizada. Solo espero que los 16 meses que faltan para elegir nuevo gobierno no sea demasiado tiempo para que la anestesia continúe con su efecto…