Tal vez se trata de una de las voces más privilegiadas del rock cristiano. John Schlitt nos ha regalado trabajos como solistas que bien pueden catalogarse como esenciales si uno debiera hacer una lista de álbumes de rock.
Ya desde "Shake" (1994), John nos viene sorprendiendo con notables discos, como "Unfit for Swine" (1996) o "The Graftin" (2008). También se despachó con un álbum navideño en 2013 y varios sencillos en la era digital, donde la prioridad estaba en grabar canciones y, consecuentemente, sus versiones en videoclip.
Tal el caso de "Take me home", una suerte de versión moderna de la parábola del hijo pródigo y de "Rapido y Furioso". Imagínense esos condimentos acompañados por el rock duro en la voz del legendario John.
Aquí va la primera de una serie de entregas sin orden de preferencias, sobre canciones que me gustan, una de las secciones más subjetivas que van a leer en estos tiempos.

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