martes, 17 de mayo de 2022

La aplastante superioridad del capitalismo

 Javier Milei echa por tierra todas las teorías que buscan desacreditar lo que él considera "una máquina de sacar gente de la pobreza", en contraposición con el socialismo, sistema que fracasó en todo el mundo, dejando sociedades enteras al borde de la miseria. 

Mirá este video. Serán 20 minutos bien invertidos.



Bendita Prensa

¿Por qué es necesario tener un agente de prensa dentro del ambiente cristiano?

Como suele suceder en el pueblo evangélico, al menos en Argentina –que es donde yo vivo, no sé en otras latitudes-, siempre llegamos tarde a todo tipo de aggiornamientos, en cualquier área que fuese. Y en el ámbito artístico, se nota aún más. Tal vez porque es algo más expuesto. Un cantante, un concierto, una gira, todo aquello que involucre a un artista cristiano, hace que las falencias o las “llegadas tarde al reparto de innovaciones” se noten más.

 



Un poco de historia

Fue todo una revolución cuando en los ’70 se empezó a utilizar instrumentos eléctricos para acompañar la alabanza en los cultos. Lo que algunos consideraban un escándalo, era algo totalmente instalado en el mundo artístico. No sé a ciencia cierta cuándo fue que se creó la guitarra eléctrica, pero seguro fue antes de los años ’70. La producción de conciertos en los que artistas cristianos daban a conocer sus canciones, fue un grandioso descubrimiento… en los ’80. Venían al país numerosos artistas que llenaban estadios, y nosotros, recién empezábamos a descubrir algunos recintos fuera de las cuatro paredes de la iglesia en los que se pudiera organizar un “concierto cristiano”.

Lo mismo sucedió con el advenimiento de los medios de comunicación, el uso de la tecnología, los contratos por servicios prestados y la emersión de la figura del manager y el agente de prensa. ¿Quéeeeeee? Sí, algo tan simple como un tipo que se encargue de aquellos menesteres de los que una banda no podría ocuparse: la coordinación de una agenda, el trato con quienes buscan los servicios del artista, la comunicación del quehacer de la banda, etc, etc, etc, y muchos etcéteras que un músico sería incapaz de cubrir. O tal vez sí, por capacidad intelectual, pero seguramente imposible por capacidad de tiempo. Es que, lamentablemente, en nuestro país, casi ningún músico cristiano puede vivir de su carrera. La permanente desvalorización del servicio del artista cristiano hace que esto sea un sueño… o una pesadilla, porque para poder vivir hay que trabajar, y si además de vivir, hay que sostener un proyecto artístico a nivel cristiano, hay que trabajar el doble. Si a esa suma de horas-hombre hay que adosarle los ensayos para que cuando se haga la presentación salga lo más decorosa posible, entonces…. ¿en qué momento se podrá promocionar? ¿Cuándo y cómo se buscará entablar diálogo con los productores de eventos? ¿Cómo se coordinarán las entrevistas con los medios, los shows y otras salidas? ¿Cuándo se redactarán los comunicados de prensa para entregar a los medios? ¿Cómo se elaborarán nuevas estrategias que hagan conocer más a la banda en cuestión? Hoy, con la suma de las redes sociales con papel protagónico… ¿cómo y cuándo serán administradas? Y tras todas estas preguntas está la principal: ¿Quién hará todo esto?

 

¿Qué es y qué hace un agente de prensa?

Un agente de prensa es, ni más ni menos que un nexo entre el artista y los medios de comunicación, para llegar finalmente a la masa de gente que consumirá su arte.  En el mundo artístico, la figura del agente de prensa es moneda corriente, y es parte casi vital en el engranaje de la maquinaria artística. ¿Por qué? ¿Qué hace un agente de prensa que no pueda hacer, por ejemplo, la novia del guitarrista de la banda?

Existen varios factores innatos en la vida de las personas que se dedican a esto que las convierten en únicas en su especie. Más allá de los estudios, que le dan a esta tarea la sublime gracia de redactar coherentemente y sin faltas de ortografía, entre otras cosas, está la capacidad de relacionarse que tiene la persona que ejerce la tarea de prensa. Las buenas relaciones con los medios de comunicación, con los productores y conductores de programas de radio, editores de revistas, webs y blogs, hacen que se facilite la tarea de hacer entrar a una banda en la consideración de un medio masivo. Cuanto más y mejor relacionado esté el agente de prensa con los medios, mayores serán las posibilidades que mediante su gestión, el artista entre en esos espacios.

La experiencia en medios que tenga el agente de prensa también es un dato no menor, porque cuanto más tiempo tenga, más abultada será su agenda, y lo que una banda pueda lograr por cuenta propia, tal vez, en un año, un agente de prensa munido de una buena agenda y buenas relaciones, lo puede conseguir, quizás, en un mes. Aunque suene exagerado, esa es la proporción, y si una banda que no cuenta con los servicios de una persona idónea para esta tarea tarda un año en intentar llegar a contactarse con medios, en tiempos que vivimos, significa todo una vida desperdiciada en generar contactos cuando se podría abreviar ese tiempo mediante la contratación de quien ya cuenta con esa agenda.

 

¿Será de Dios?

El gran interrogante cuando buscamos amoldar un uso y costumbre social al “modo cristiano” es ése: ¿será que Dios lo ve con agrado?

En mis años de experiencia en el ramo, he escuchado desde los tímidos comentarios de quien no está seguro de su aseveración y, por lo tanto, trata de no ser tan ofensivo, hasta la más arrogante y hasta absurda postura de “a mí solo me promociona Dios”. Y antes que mi yugular sea presa de los defensores de la sana doctrina y que una pira empiece a arder en la puerta de mi casa, aclaro lo siguiente: No digo que es absurdo que Dios nos promocione por falta de atributos, pero entiendo que como cuerpo de Cristo, todos cumplimos diferentes funciones. Algunos son más notorios que otros, pero ninguno dejamos de ser importantes y necesarios.

Reflexiono al respecto que, aunque creemos que tenemos el mejor mensaje para transmitir, aún seguimos sin utilizar todas las herramientas disponibles. Ante el temor a lo desconocido, o los prejuicios, o los deseos de ser lo más inmaculados posibles, estigmatizamos cualquier cosa que no cuadre con nuestra postura evangélica, por la forma en sí misma, aunque carezca de sustento bíblico.

 

Los “agentes” y las estrategias del Maestro

Siempre pensé en Jesús como el comunicador por excelencia. Me vienen a la mente dos episodios del Maestro, donde él mismo nos enseña a ser estratégicos a la hora de comunicar, como así también a utilizar –en el buen sentido de la palabra- a personas para anunciar lo que quería hacer.

Siempre digo, a manera de chiste -aunque no tanto-, que Jesús tenía agentes de prensa. Más de una vez tuvo a alguien que anunciara previamente lo que él iba a hacer. Como cuando se iba a producir aquella memorable entrada a Jerusalén. Allí Jesús instruyó a sus discípulos para que aquella movida no pasara inadvertida. Incluso hasta les llevó a la memoria aquél escrito antiguo de Isaías que le anunciaba a la hija de Sion que “he aquí tu Rey viene a ti, manso y sentado sobre una asna…”. Fue así que miles de personas festejaban al Maestro y reconocían que “…éste es Jesús, el profeta, el de Nazareth” (Mt. 21: 1-6; 11).

¿Acaso Jesús necesitaba que lo anuncien? Sospecho que como tenía atributos divinos, Jesús se hubiera presentado en un pueblo y como por arte de magia, todos sus habitantes se habrían enterado. Pero no. Decidió hacerse hombre y por eso actuó como tal, así que, supuso que si quería lograr cierto impacto cuando llegara a la ciudad, la gente de allí debería saberlo de antemano y, en cierto modo, debía esperarlo. ¿Quién mejor que sus discípulos para oficiar de “agentes de prensa”? Y ni hablar de Juan el Bautista, el mejor prensero que Jesús haya tenido cuando aún no había comenzado su ministerio.

La otra anécdota tiene que ver con lo estratégico que era Jesús a la hora de hablar a las multitudes. Se dice que buscaba lugares donde pudiera ser escuchado por la mayor cantidad de gente posible. Habremos leído más de una vez el popular “Sermón del monte” (Mt. 5:1), donde contó innumerables parábolas a miles de personas. ¿Nadie se puso a pensar siquiera cómo hizo Jesús para hablar, sin micrófono, ante tanta gente?

Algunos estudiosos de la Biblia y otras materias, hicieron una investigación al respecto y concluyeron en que el lugar específico donde se sentó Jesús para hablar, producía un eco que llegaba hasta varios metros, asegurándose llegar con su voz hasta los que estaban más alejados. Lo mismo sucedió cuando habló a una multitud sentada en una playa y el Señor utilizó el efecto amplificador del mar –donde el sonido viaja a 1500 metros por segundo ya que sus partículas están más unidas y propagan la vibración con mayor velocidad-, ubicándose en una barca a varios metros de la orilla (Mt. 13:2). Esto me hace pensar en que Jesús no fue ningún improvisado que se paró donde se le dio la gana o donde empezó a sentir el cansancio de sus pies. Él buscó el lugar y la forma de llegar a más personas en menos tiempo.

Siempre digo que si en el año 30dC hubiese existido la radio, Jesús hubiera tenido un programa. Y por qué no una buena banda de rock. Representantes y agentes de prensa no le iba a faltar: tenía 12.

Si Orwell se levantara…


 

Esta neolengua, digna de ser comparada con aquella que mencionaba George Orwell en su célebre novela "1984", no es más que una acción más de los sectores que intentan imponer una ideología perversa en la que, lejos de ser inclusivo, lo que hace es borronear los límites que se nos designaron para diferenciar a varones de mujeres. Tanto que se habla de la identidad, y acá lo que se hace es atentar contra la misma, confundiendo a un niño, diciéndole que él no es un chico, sino un chique, porque en cualquier momento puede decidir lo que quiera ser, aunque esto sea contrario a la naturaleza. Nada más perverso y fóbico (otra palabrita que les gusta usar mucho), porque reniegan de lo que son y buscan ser lo que no son. No se aceptan a sí mismos, entonces buscan tener otra identidad, otro sexo (aunque eso sea imposible por más implantes que se hagan, porque se nace y se muere con los mismos cromosomas).


Volviendo a lo de este lenguaje ridículo, lo que molesta no es que sea una idiotez, porque idioteces hubo a lo largo de toda la historia. Lo que molesta es que se quiera imponer. Si ya desde el gobierno se habla de implementarlo en la función pública, si hay maestros que lo enseñan en las escuelas, entonces se convierte en una imposición y no puede ser aceptada mansamente por quienes tenemos sentido común. De hecho, recientemente se anunció desde el Ministerio de Salud que los comunicados emitidos desde esa cartera serán redactados con lenguaje inclusivo. Lo que molesta es que se quiera hacer ver esto como necesario, cuando hay mil cosas por resolver en el país. Lo que molesta es que se quiera imponer en las escuelas a nuestros hijos, contrariamente a la educación que le damos en casa. Lo que molesta es que toda esta perversión (en este caso, la perversión del lenguaje) sea tomada como algo normal, incluso por aquellos que aunque no comulgan con esto, quieren parecer mentes abiertas diciendo que "hay que dejar a cada loco con su tema". Es verdad, cada loco con su tema. Cada uno hace lo que quiere con su cuerpo o con su idioma, pero que no se quiera imponer esto a costa de ser excluidos, sino, de inclusivo no tiene nada.

sábado, 24 de abril de 2021

Anticristos


Tranqui. No me voy a poner escatológico. Al parecer, el título de Anticristo solo le cabe a quien, ya sabemos, hará un importante descalabro mundial en el fin de los tiempos. Pero no voy a hablar de ese tema. Sino de otros anticristos. Porque, más allá del personaje nefasto que gobernará al mundo por un rato, el de «anticristo» es un espíritu que opera en una gran parte de la población cuya misión, al parecer, es oponerse a todo lo que tenga que ver con Dios. Depositando su fe en las falsedades que el infierno sembró en estos tiempos.

Cuando aparecen todas esas manifestaciones que, en otro momento, hubiera parecido insólitas, alocadas, fuera de lugar, la referencia típica es la falta de valores. O a la pérdida de los mismos. Y en los últimos tiempos, ha habido una serie de «usos y costumbres» (llamémosle así) que pasaron de ser ilógicos a convertirse en reclamos populares en nombre de los «derechos conquistados».

Los cambios en la sociedad siempre generaron disputas hasta que se lograran consensos que permitieran el acceso a una vida moderna. Ejemplos hay a montones. Desde los avances tecnológicos que atentaban contra las formas de trabajo habituales en ese entonces, hasta los cambios en las modalidades educativas, por ejemplo.

El ser humano, por más que tenga esa inclinación a hurgar en lo desconocido y a ir en la búsqueda de la innovación, siempre fue reticente a los cambios. Pero finalmente, se supo adaptar a los mismos.

Ahora bien, hay ciertos cambios que obedecen a otro tipo de mandatos. En pos de una sociedad moderna, existen sectores que reclaman como derechos, cosas que suelen atentar a una gran parte de la población que se rige por preceptos que son, más bien, de orden espiritual.

Para ir aclarando el tema: si un avance tecnológico como, por ejemplo, la creación de una máquina expendedora de boletos de tren, afecta a la persona que hasta ese momento trabajó vendiendo esos boletos, a la larga, esa persona puede reinventarse laboralmente y encontrar una salida a la falta de necesidad de una mano de obra humana para ese sector. Pero distinto es cuando se pretende cambiar órdenes en la vida que responden a la naturaleza humana o que buscan transgredir reglas sagradas de quienes contemplan lo espiritual por encima de las demás cuestiones.

No quisiera poner en el tapete el tema del aborto porque ya está trillado como para ejemplificar con eso. Además, hay un sinnúmero de otras cosas que bien vale la pena destacar a la hora de entender que todos estos cambios que se reclaman tienen un trasfondo espiritual que busca permanentemente estar en contra de Dios. O cualquier cosa que lo represente.

Es notorio que en todos estos «reclamos de derechos», lo que siempre se busca es avasallar la fe, la creencia espiritual, la costumbre cristiana y la institución que la representa, en este caso, la iglesia. Vayamos a un puñado de ejemplos: El plan de Dios para un matrimonio es que sea de por vida, contemplando una eventual disolución en casos extremos o en los que no se halla una solución viable.

Sin embargo, la sociedad pugna por la ruptura matrimonial por cualquier banalidad, como si cambiar de pareja fuera lo mismo que cambiar de camisa. Como argumento –o excusa, tal vez–, se alegará que todo es en nombre del amor, de la felicidad, o de lo que sea. Todo sirve a la hora de oponerse a lo establecido por Dios.

En esa misma línea, la sociedad moderna celebra los comportamientos poligámicos como si fuesen un acto heroico, denigrando y tildando de ridículo a quien ostenta el récord de haber tenido a una misma mujer con la que comparte el lecho durante toda la vida.

Más o menos en la misma línea está el hecho de ridiculizar a quien contrae matrimonio, pretendiendo que «sólo se trata de un papel», evitando así «atarse» al otro. En cambio, estos mismos sectores buscan que personas del mismo sexo puedan ser casadas por la iglesia (algo que no está contemplado en ningún credo basado en la Biblia, al menos), pretendiendo llamar «matrimonio» a algo que, por su naturaleza, no lo es. En otras palabras, la idea es transgredir cualquier orden de tipo espiritual, buscando profanar prácticas de esta índole.

Un ejemplo más como para redondear la idea. Se sabe que abundan los consejos bíblicos para los padres de familia respecto a la crianza de sus hijos. Sin embargo, esta sociedad moderna pretende darle a un niño en edad escolar la potestad de elegir con quién vivir, de hacerse una operación de mal llamado «cambio de sexo» en busca de su identidad o una adolescente puede abortar sin el consentimiento de sus padres. Sin embargo, hasta cumplir los 18 años no responden por algún crimen que cometa porque se lo considera menor.

Podríamos estar largo rato enumerando ejemplos de los absurdos que esta generación intenta imponer en una sociedad que, claramente, no piensa de esa forma. Y caeríamos siempre en un lugar común: estar en contra de Dios, de sus mandatos, de su Iglesia… No importa qué. Importa oponerse a cualquier cosa de orden espiritual. Es el espíritu del anticristo del cual habla la Biblia en 1° Juan 4:3. Ese espíritu que niega a Dios, que no confiesa Su deidad. El que busca oponerse siempre. Ese espíritu que, tal vez, involuntariamente, está anunciando que Cristo viene pronto.