Gente que es capaz de hacer cosas que antes no hacía o deja de hacer cosas que practicaba, solo porque eso se congracia o se antepone, actualmente, con su ideología política. ¿Tan idiota se puede ser?
Algo que nos tiene superocupadísmos por estos días, es esta nueva película protagonizada por Guillermo Francella, "Homo Argentum", en la que encarna a 16 personajes diferentes que, según dicen los que la vieron, pinta de cuerpo entero el ser argentino.
Tanto el estreno como algunas declaraciones del actor fueron foco de atención para la mayoría de las personas, que actuaron en consecuencia. Pocos se dedicaron a hablar de la película como tal, de su actuación o de la calidad del filme. Incluso la "crítica especializada", así entre comillas, dedicó líneas que iban más allá de lo que un lector necesita leer. Porque los "críticos" (así también encomillados), en vez de ir a ver una película para hacer una reseña, van predispuestos a sacarle el mensaje político que ésta tiene o que ellos, tal vez, suponen que tiene.
Ahora bien, lo que me motiva a escribir estas breves líneas es el grado de estupidez de dos subespecies (haciendo honor a la película en cuestión) de las cuales estamos rodeados.
Por un lado, tenemos al "homo argentum libertarium", que tal vez jamás haya consumido a Francella, pero se volcó al cine de manera inaudita para ver un filme solo por el mensaje que supuestamente da y porque el actor se pronunció favorablemente a las políticas actuales, lo cual está en todo su derecho. Postean con notable excitación el logro de que algo funcione sin ayuda del Estado aunque el producto no sea de su agrado. ¿Se puede ser tan imbécil?
Y, claro, tenemos también a los "homo argentum peronchus", que otrora se divirtieron hasta el hartazgo con las ocurrencias de Francella, pero que hoy, debido a su perfil ideológico, no fueron ni van a ir a ver la película y hasta la boicotean, privándose de disfrutar lo que los hizo divertir durante tantos años. ¿Tan imbéciles son también?
Para terminar, y por si alguno les interesa saber lo que voy a hacer (siempre hay alguno que pregunta eso, de curioso o con tono inquisidor, mayormente), les diré que no iré a verla al cine; esperaré a que esté en plataformas o cuando la den en la tele. No veo películas argentinas en el cine. "¡Eh, zipayo, no apoyáz el zine nazional!". No. No veo películas argentinas en el cine por el solo hecho de que considero que son pelis para ver en la tele y en casa. Solo voy al cine a ver películas de acción, con tiros, persecuciones y efectos especiales, donde las escenas ameritan verse con la tecnología visual y auditiva que nos regala el cine. O sea, es solo cuestión de gustos y no porque no apoye el cine argentino. Tampoco iría a ver un drama de Hollywood a una sala.
Aclaro que adhiero, por supuesto, que una película se haga con recursos privados y celebro que tenga éxito, pero no por eso voy a ir corriendo al cine a verla ni tampoco a llenar mi facebook con flyers alusivos para enrostrarle a mis amigos peronistas que se puede vivir sin la mentira del Estado Presente.
Dicho esto, chau. Buen domingo.
